martes, 31 de julio de 2012

Un vómito inesperado entregado al éter recordó el motivo de nuestra unión. Difícil arrancar a escribir, pero empiezo a creer que más difícil se nos hace terminar, firmar y despedirnos.

Pensamientos encadenados por una lógica incomprensible. Improvisamos mientras hurgamos en nuestros descabellados interiores (ya que desbordan de cabellera nuestras cabezas)

París, Colombia, Grecia o la mismísima Bella Vista. No hay chance, aquí estamos, somos las mismas. El lugar acompaña y no sabemos si somos nosotras conformando su paisaje o el espacio contextualizando nuestros pensamientos y nuestro estar. ¿Quién condiciona a qué? ¿Qué decora a quién?

Soñé que era una letra. No sé decir cual. Tal vez una de un futuro alfabeto, con el que escriba el siempre pendiente diccionario.
Si fuera una letra sería una que resuma frases como tal vez, y palabras como quizás. Sería la letra que implica pontencialidad o indeterminación, igual que este texto.