Dejé de hacerlo
cuando encontré,
perfectamente doblada,
una servilleta.
Cada vértice junto a su opuesto
Cada lado una linea recta.
Estrujado, hecho un bollo
otro papel con mis mocos.
Me pregunto si te pasará lo mismo.
Me arrepiento de no haber dedicado los libros.
¿Dónde podrías encontrarme ahora?
En una gomita de pelo,
en el remedio del asma
o en alguno de mis ñoños apuntes.
Escribo y veo tu tabaco arriba de la heladera.
¿Tiraste ya mi cepillo de dientes?
¿Cuánto tiempo es necesario?
¿Por qué, si uno entra gradualmente,
la salida se precipita de esta manera?
Llego a casa
la noche está despejada
hay nuevos jazmines
los tomates siguen en pie
y los banderines no se mueven.
El gato sale por la ventana
A veces creo que pregunta por vos.
Automáticamente pienso,
¿Martín extrañará
mis papeles de chocolate
en la computadora?
Ya no son nuestros días.
Es obvio.
Solo espero el momento
donde eso sea normal
o nada me lo recuerde.