martes, 26 de junio de 2018

Cama

Sigo en cama.
Arriba de la heladera
veo las paltas todavía duras
y un casco de bicicleta
que no es mío
y nadie va a venir a buscar.

Soy la misma que a los cinco,
pero ahora las tareas me corren
y no hay muñeco de la oficina,
ni cartas de mis compañeros
en una caja de telaraña azul.
Tengo un certificado médico
y muchas ganas de volver
a estar,
afuera.