Sí, para colmo llueve.
Caen gotas heladas
el calor sube
y el gato, que me persigue
pidiendo una comida que no hay,
va a venir a abrigar mí falda.
Sí, ya sé, para colmo llueve
y los platos se acumulan en la bacha
junto al trabajo, los pulmones,
los parciales y las cajas de antibióticos.
Espero el próximo mes
como quien cree que los fuegos artificiales,
la bombacha rosa y el champagne
son el umbral a una mejor vida.
Mientras tanto llueve,
pero vos traes un cuento
y dulce de membrillo
para rescatar nuestros días.