La chimenea por apagarse y uno desea dormir en ella.
La soledad ataca todos los espacios.
Caminar bordeando (y a veces bordando) la limitación para, después, volver al inicio.
Apretar el botón de autodestrucción una y mil veces sabiendo que no funciona.
Que nunca funcionó ni funcionará.
Asumirse.
Uno es lo que hace y no lo que quiere, evitemos la distracción.
Dijo Julio:
"Había que saber estar solo y que tanto querer hiciera su obra, me salvara o me matara..."
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