El tren va lleno. Caseros.
Abandonarse a la lectura en otro momento que no moleste mi risa.
Abandonarse al sueño cuando pueda apoyar la cabeza.
Abandonarse, mirar la ventana y a través de ella.
Abandonarse al recuerdo. Ese es el abandono propiamente dicho.
Abandonarse y dejar a que las arañas tejan sus telas.
Ese es abandono.
siempre y cuando, dicha palabra conserve su sentido y no nos deje solos.
Escribo acunándome,como una madre locaa un hijo muerto.F.P
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