lunes, 24 de febrero de 2014

¿Viste lo que es un verso?

I
Puse el cuaderno que va completando mi hábitat de pájaro.
Me dan ganas de pincharte con los lápices negros a ver si empezás a reírte un poco.
Las cosquillas siempre me resultaron violentas, pero tomalas a modo de cariño.
Ya que no soportás mi expresión directa.
Yo tampoco soporto demasiada exposición.

Guardé el cuaderno rojo para que cobre su propia vida
Mientras el mundo, cansado de instragram
Pareciera tomar colores vintage naturalmente.
¡Cómo insiste el cielo en resaltar sus grises y rosas!
Empecinados en acompañar la idea,
los palos borrachos del corredor
alumbran el camino.

II
Y el perro se confunde.
Sale a mirar las vías-río a la tarde
y como es un perro caballo, los niños miran asustados.
No sé si los asusta el perro,
su pata blanca
o las madres que temerosas gritan “¡tengan cuidado!”.

El perro no entiende, con la lengua afuera mira.
Mira las vías-río,
el tren que llega a Muñiz con gente colgada en las puertas,
la mirada de los niños
y las zapatillas coloridas de los que corren.
A las madres no las registra.

De día, en febrero, el perro,
su tamaño, su pata blanca y su porte
no causan el mismo temor que en la noche de invierno.
Hoy no podría comerme.
Incluso lo protegería de la reacción de las madres temerosas.
¿Viste como son las madres?
Por un momento me olvidé que te hablaba
y justo vos tenés muy claro lo que son las madres.

III
¿Viste lo que es un verso?
A veces creo no tener idea.
Pero sigo escribiendo en versos-prosa
sobre vías-río y perro-caballo.
¿Viste cómo son las palabras?
El perro tampoco.
Por eso está ahí
la tarde de febrero
gris y  palo borracho.
Preguntándose por qué no fue caballo
mientras un grupo de hombrecitos negros
marcha por la vía vieja.



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