y celeste contrasta
en el balcón
con el cielo y la madera.
Queda en el tender blanco,
dividido en dos partes
solo el vestido sumado
al leve movimiento del viento
Queda
y los botones marcan un tiempo
sin compás
sonando contra los hierros.
Quedan solos el vestido y el tender
en el balcón y el cielo,
en el fresco de una noche
anuncian el otoño.
lo veo ... me gustó, muy bueno.
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