No supe dónde empezaban las nubes
ni dónde las flores
Dos grupos blancos
contra el cielo.
Ahí, altas
rompían la idea de inalcanzable
daban diferentes nociones de profundidad.
Las miré.
Cuatro días las miré.
Y una vez que cambió el cielo
que el gris invadió lo alto
pude diferenciarlas.
Las que seguían ahí
erguidas, mirando hacia arriba
esas eran las flores.
Esas que, pasada la tormenta,
encontraría en el pasto
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