viernes, 3 de diciembre de 2010

PUAJ!

Ir sacando del cuerpo TODO
quedar vacios y SOPORTARLO
para después ser más criterioso en la elección
ver que le ponemos dentro
y seguir livianos.



 
"Una vez hemos tragado el alimento, éste puede resultar indigesto, como si tuviéramos una piedra en el estómago. Ahora bien, la piedra, al igual que el hueso de la fruta, es símbolo de problema. Todos sabemos cómo puede bloquearnos el estómago y quitarnos el apetito un problema. El apetito depende en gran medida de la situación psíquica. Hay multitud de expresiones que señalan esta analogía entre los procesos psíquicos y somáticos: Eso me ha quitado el apetito, o: Sólo de pensarlo me da mareo. O también: Nada más verlo se me revuelve el estómago. El mareo señala rechazo de algo que, por lo tanto, se nos sienta en la boca del estómago. También comer desordenada y atropelladamente puede producir mareo. Ello no ocurre sólo en el plano físico sino que una persona también puede tratar de embutir en su mente demasiadas cosas a la vez y provocarse una indigestión.
      La náusea culmina en el vómito del alimento. El individuo se libra de las cosas e impresiones que rechaza, que no quiere asimilar. El vómito es una expresión categórica de defensa y repudio. Así el pintor judío Max Liebermann decía refiriéndose al estado de la política y del arte en Alemania después de 1933: «¡No puedo comer todo lo que me gustaría vomitar!»
      Vomitar es «no aceptar».  (...)


1.       Captación del mundo exterior en forma de elementos materiales.
2.       Diferenciación entre lo asimilable y lo no asimilable.
3.       Asimilación de las sustancias asimilables.
4.       Expulsión de lo no digerible." 
La enfermedad como camino (T. Dethlefsen & R. Dahlke)




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