lunes, 30 de septiembre de 2013

Voz en off

Suspiramos cuando no queda más nada que decir,
 cuando queda tanto que pierde sentido empezar otra vez
o cuando lo dicho es inabarcable.

Suspiro.
 Quiero dormir y que me des la mano.
Que me leas un cuento o relates tu día
hasta que me duerma con tus voz vuelta murmullo.

Te miré dormir, como me mirás ahora.
La boca entreabierta, tus párpados inmóviles.
Tu mundo vaya a saber que trama,
que traes, que dejamos de decir al suspirar.

Dudé, al terminar la lectura, si sentirías la ausencia de mi voz.
Dudé ante todo movimiento por miedo a despertarte,
y sin despegar la vista de tu cara, de tu boca
no tuve más opción que despegar tus dedos de mi mano
Y partir.


viernes, 13 de septiembre de 2013

Fragmentos II

La semana pasó tan rara. Volver a casa, terminar la historia. Por más que cueste creerme, creí que no iba a volver a llorar. Hace días venían las ganas,  el peso del pecho subía a la garganta. Respiraba profundo, los ojos se agrandaban y nada. Ahí quedaba yo otra vez.  Los ojos quedaban grandes, exhalaba,  el peso volvía al pecho.


Me pregunto entonces qué lloro y qué lamento. Me pregunto si lo que tengo es tristeza o enojo. Detesto no tener palabras que definan lo que me pasa. Es ahí, cuando no tengo palabras que pasa ese amague de llanto.


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miércoles, 4 de septiembre de 2013

Prana

De a poco me acostumbro a esta cabeza
que hasta ayer quería sacarme
como quien le saca la cabeza a un muñeco..

Lentamente tu recuerdo se disuelve.
Aunque ahora veo la borra.
Ese barro que queda abajo,
esa especie de piel curtida.

No sé si extraño.
Me gustaría, pero no.
Como sé que no,
recuerdo con cariño,
con algo de nostalgia
sin esperanza, ni  ilusión.

Recuerdo
una sucesión de hechos
concretos.

De a poco me acostumbro a esta cabeza.
a la idea de distancia
al silencio que ya no interrumpe tu exhalar.
Lentamente puede verte, pasado.


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martes, 3 de septiembre de 2013

Fragmentos I

Después pensé en buscarte para compartir mi alegría. Para que vieras como cuando sonrío mi boca llega a extenderse, amplia, a lugares insospechados. Aplastando así los cachetes y los cachetes achinando los ojos.

Mis manos están arrugadas. No sé si será el invierno, Buenos Aires está húmedo. Mis manos siguen siendo mis manos.

Fragmentos II


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