viernes, 13 de septiembre de 2013

Fragmentos II

La semana pasó tan rara. Volver a casa, terminar la historia. Por más que cueste creerme, creí que no iba a volver a llorar. Hace días venían las ganas,  el peso del pecho subía a la garganta. Respiraba profundo, los ojos se agrandaban y nada. Ahí quedaba yo otra vez.  Los ojos quedaban grandes, exhalaba,  el peso volvía al pecho.


Me pregunto entonces qué lloro y qué lamento. Me pregunto si lo que tengo es tristeza o enojo. Detesto no tener palabras que definan lo que me pasa. Es ahí, cuando no tengo palabras que pasa ese amague de llanto.


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