Después pensé en buscarte para compartir mi alegría. Para
que vieras como cuando sonrío mi boca llega a extenderse, amplia, a lugares
insospechados. Aplastando así los cachetes y los cachetes achinando los ojos.
Mis manos están arrugadas. No sé si será el invierno, Buenos Aires está húmedo. Mis manos siguen siendo mis manos.
Fragmentos II
.
Fragmentos II
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario