Es azul
y no hablo del cielo.
Existe una hora azul
como si viviéramos abajo del agua.
El mundo, Muñiz, que es mi mundo
se vuelve azul.
Antes que el alumbrado público prenda
cuando el sol todavía no bajó la persiana
hay un tiempo de aire azul.
Es la hora de los fantasmas
de la humedad
del miedo.
Pero hoy, no sé por qué
no entraron a mi balcón
y solo pude verlos desde casa.
Yo los esperaba con la mesa puesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario