martes, 3 de diciembre de 2013

Las flores

“Sólo existe lo que pasa” decíamos con Eugenia mientras
 comíamos nuestras uñas para calmar ansiedades.
Silencio.
Comernos las uñas en conjunto era inmenso.


Las flores se turnan
para dar luz  los días de lluvia
en contraste con el cielo,
brillan.
Cansada del horóscopo que anticipa mi pasado
las miro como si tuvieran respuesta
para este destino, el mío,
que siempre parece estar a punto de encausarse.
Que termina eligiendo posibles antes que finales.

Siempre ahí
el hilo por romperse.
¿Cuántas hebras te componen?
¿Por qué divido pero no  rompo?
¿Qué soy de todas ellas?

______


No escapo.
Abro puertas y ventanas
rompo los techos y asomo.
No sé salir.
Espero que la casa se derrumbe
y así llegar afuera.

El cielo se despeja.
Las lamparitas rojas del ceibo
ahora contrastan con el barro marrón.
Blando.
El jacarandá pasa a entrar en la paleta de azules del cielo.
Comprendo mi falta de cordura
o mi exceso de sensibilidad.
Comprendo que puedo explotar
o buscar conciliar con el resto del mundo.

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