martes, 17 de diciembre de 2013

Columnas

Las dos columnas
 que extrañamente
 sostienen tu cráneo.

Perdimos la capacidad de asombro de la niñez
Ya no encontramos aventura en un sapo gigante con mocos.
Incluso evitamos cualquier tipo de exploración
más si tratan de sapos.

___


Todo era revolución
Los gatos en la caja
que tuviste que devolver a la lluvia
por obligación.
El hámster al que nunca le dimos agua.

A cada tarde un nuevo experimento
y la ingenuidad,
la creencia
de crear un nuevo mundo.

¿Y hoy?
No dejamos que nos sorprenda el encuentro
ni el entusiasmo
ni los ceniceros

Tus columnas.
Tus columnas que son una sola,
fueron las que me recordaron
el infantil sentimiento de asombro.

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