en que la fe tiene fecha de vencimiento
como el yogurt que acabo de sacar de la heladera
.
Quizá esté en atarse piedras en los pies,
en correr bajo el agua
en ahogarse.
Dijo Violeta que no se dice, se hace.
Dio un cachetazo y más tarde actuó.
Los pájaros azules se posan sobre las costillas
corretean y, a veces, pican lo ojos.
Otras, como el sapo que fuma, explotan.
Ahí está su muerte
su fecha de elaboración,
su lote, su vencimiento
y su código de barra.
Quizá yo esté mirando
y empiecen a caer sus plumas.
Nunca pierdas la fe
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