martes, 17 de diciembre de 2013

Columnas

Las dos columnas
 que extrañamente
 sostienen tu cráneo.

Perdimos la capacidad de asombro de la niñez
Ya no encontramos aventura en un sapo gigante con mocos.
Incluso evitamos cualquier tipo de exploración
más si tratan de sapos.

___


Todo era revolución
Los gatos en la caja
que tuviste que devolver a la lluvia
por obligación.
El hámster al que nunca le dimos agua.

A cada tarde un nuevo experimento
y la ingenuidad,
la creencia
de crear un nuevo mundo.

¿Y hoy?
No dejamos que nos sorprenda el encuentro
ni el entusiasmo
ni los ceniceros

Tus columnas.
Tus columnas que son una sola,
fueron las que me recordaron
el infantil sentimiento de asombro.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Secretos de invierno- Patio

El agua que cada hoja contiene.
El patio y el refugio en los últimos rayos de sol
en la tarde de invierno.

Sentada en el banco rojo
si supiera pintar
pintaría cada ángulo
y  las llaves del llavero Maradona.

Los postigos azules
las cañas que eliminan la idea de límite,
la de vecino y a su perro.

Pintaría el ladrido del perro
y los fantasmas de las sábanas ya descolgadas.
En el patio, tan desierto y tan jungla
un banco, nosotros y  el mate de pava.

Sentados en el rojo que sirvió de mesa
miramos los juguetes congelados
intentado entender como seguirían nuestros días.

martes, 3 de diciembre de 2013

Las flores

“Sólo existe lo que pasa” decíamos con Eugenia mientras
 comíamos nuestras uñas para calmar ansiedades.
Silencio.
Comernos las uñas en conjunto era inmenso.


Las flores se turnan
para dar luz  los días de lluvia
en contraste con el cielo,
brillan.
Cansada del horóscopo que anticipa mi pasado
las miro como si tuvieran respuesta
para este destino, el mío,
que siempre parece estar a punto de encausarse.
Que termina eligiendo posibles antes que finales.

Siempre ahí
el hilo por romperse.
¿Cuántas hebras te componen?
¿Por qué divido pero no  rompo?
¿Qué soy de todas ellas?

______


No escapo.
Abro puertas y ventanas
rompo los techos y asomo.
No sé salir.
Espero que la casa se derrumbe
y así llegar afuera.

El cielo se despeja.
Las lamparitas rojas del ceibo
ahora contrastan con el barro marrón.
Blando.
El jacarandá pasa a entrar en la paleta de azules del cielo.
Comprendo mi falta de cordura
o mi exceso de sensibilidad.
Comprendo que puedo explotar
o buscar conciliar con el resto del mundo.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Fuegos violetas

Voy al trabajo.
Es la época que el jacarandá estalla
como un fuego artificial
suspendido y violeta.

Vuelvo del trabajo.
Ahí sigue
suspendido
que no es igual a pendiente
porque nada lo ata.

En unos días
el tiempo del jacarandá alfombra.
Y quizá, así como ahora estallo,
caiga con él lentamente
a decorar la tarde y el cordón
.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Cierre

He dicho que te vetas
Que te vayas lejos
que agarres tu camino.
Paralelo y lejano,
intento seguir mi rumbo.
A mis tiempos y sus formas.

Quiero que sea temporada de duraznos.
La vida empieza y termina
el instante en que el sabor del durazno congela el mundo.

(Sí, es una impresión
pero en poesía
las impresiones son certezas)



Ya ni sé que  escribo.
El cuello tira,
la cabeza pesa.
Lo pies no pisan
no hay huella.

No hay nada
hablo sola
te fuiste tras mi pedido.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Preguntas al perro

Me acuerdo del perro caballo
del intento de escribir como Rivera
de las vías río
y, ante todo, de la sensación persecutoria.

Me acuerdo.
Sentí que podía comerme
que él también lo sabía
Pero que decidía mírame pasar
como miraba las vías río.

Me acuerdo porque la sensación vuelve.
Aunque no hay perro
ni vino, ni noche, ni invierno.
Me acuerdo
y no estoy arriba de la bici.

¿Por qué no me comiste?
Te veo dormir a la mañana
¿qué sueñas? ¿Por qué te acurrucas como un gato?
¿A qué hora deja de ser tuyo el corredor?
¿Hay algo que quieras decirme?
¿Por qué Rivera escribe con compás?



Viene de...

martes, 22 de octubre de 2013

Necesito tu amor

Necesito tu amor
Charly García
Parte De La Religión (1987)
 
Charly García
Parte De La Religión (1987)

Penny Lane recomienda esta canción porque: “En apenas cuatro años (entre el '83 y el '87) Charly editó Clics Modernos, Piano Bar y Parte de la Religión. Un cachetazo a la mediocridad. La letra es una joya.”

No hay duda, lo es. Es una joya negra azabache. Una perla criada en una ostra desolada. Una canción desesperada (como el poema de Neruda, como el tango). Quien canta le pide a alguien que vuelva. Que si bien  no controla el vicio de dejarse llevar a Marte, intentará cambiarlo. El hombre solo,  aislado.  Dentro del mal / Cerca del fin.  Ya no sabe qué quiere, pide que lo amen.

“Hay veces que estás en momentos muy densos y lo único que te salva es una persona o un amor. En este caso no interesa quién sea, pero… ¿viste cuando decís quiero ver a esta persona porque es la única que me puede entender? ¿O la única persona con la cual estoy en una habitación y no siento que me perturbe?”, dijo García cuando Sergio Marchi, su biógrafo, le preguntó por la canción.

Necesito Tu Amor es el primer track del disco Parte de la Religión (1987), cuarto trabajo solista de Charly García. Es el primer pedido de socorro que se va a repetir en canciones como Buscando un Símbolo de Paz o Rap de las Hormigas. No sabemos qué respuesta hubo a esos llamados.

La necesidad no es un querer, no es un deseo. La necesidad es una falta: Yo necesito tu amor.  Amor que salva y que sirve. Del mundo ya no espera nada, de él tampoco. Eso da lugar a la falta de máscara y de disfraz que permite un grito sin tapujo: Voy a cambiar/ Voy a insistir/ Voy a pelear/  Voy a seguir. ¿Cómo se le dice que no? Si no le importa más nada de nada. Si no le importa más nada que ese amor que,  seguramente, dé un poco de sentido al resto de las cosas.

martes, 15 de octubre de 2013

Versos verdes- Ventana

Los platos en el secador
y yo sin ganas de sentarme
para seguir bailando.

Salió le sol y la bici de Paula se ve más rosa que nunca.
La perra se tira en la galería esperando que vaya.
las campanas se mueven pero no suenan.
Los domingos
las nubes algodonosas
la melancolía como un buen recuerdo
y las ganas de que la vida sea ese instante
en que la canción pasa  dentro de uno
y hace que sonría mientras canto.

no me preocupa lo que viene
porque no pienso en que algo va a venir.
Algo está y ese acto de presencia
resulta fantástico.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Voz en off

Suspiramos cuando no queda más nada que decir,
 cuando queda tanto que pierde sentido empezar otra vez
o cuando lo dicho es inabarcable.

Suspiro.
 Quiero dormir y que me des la mano.
Que me leas un cuento o relates tu día
hasta que me duerma con tus voz vuelta murmullo.

Te miré dormir, como me mirás ahora.
La boca entreabierta, tus párpados inmóviles.
Tu mundo vaya a saber que trama,
que traes, que dejamos de decir al suspirar.

Dudé, al terminar la lectura, si sentirías la ausencia de mi voz.
Dudé ante todo movimiento por miedo a despertarte,
y sin despegar la vista de tu cara, de tu boca
no tuve más opción que despegar tus dedos de mi mano
Y partir.


viernes, 13 de septiembre de 2013

Fragmentos II

La semana pasó tan rara. Volver a casa, terminar la historia. Por más que cueste creerme, creí que no iba a volver a llorar. Hace días venían las ganas,  el peso del pecho subía a la garganta. Respiraba profundo, los ojos se agrandaban y nada. Ahí quedaba yo otra vez.  Los ojos quedaban grandes, exhalaba,  el peso volvía al pecho.


Me pregunto entonces qué lloro y qué lamento. Me pregunto si lo que tengo es tristeza o enojo. Detesto no tener palabras que definan lo que me pasa. Es ahí, cuando no tengo palabras que pasa ese amague de llanto.


.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Prana

De a poco me acostumbro a esta cabeza
que hasta ayer quería sacarme
como quien le saca la cabeza a un muñeco..

Lentamente tu recuerdo se disuelve.
Aunque ahora veo la borra.
Ese barro que queda abajo,
esa especie de piel curtida.

No sé si extraño.
Me gustaría, pero no.
Como sé que no,
recuerdo con cariño,
con algo de nostalgia
sin esperanza, ni  ilusión.

Recuerdo
una sucesión de hechos
concretos.

De a poco me acostumbro a esta cabeza.
a la idea de distancia
al silencio que ya no interrumpe tu exhalar.
Lentamente puede verte, pasado.


.

martes, 3 de septiembre de 2013

Fragmentos I

Después pensé en buscarte para compartir mi alegría. Para que vieras como cuando sonrío mi boca llega a extenderse, amplia, a lugares insospechados. Aplastando así los cachetes y los cachetes achinando los ojos.

Mis manos están arrugadas. No sé si será el invierno, Buenos Aires está húmedo. Mis manos siguen siendo mis manos.

Fragmentos II


.

jueves, 29 de agosto de 2013

Cachetes rojo Claudio

I
Qué cosa rara la vergüenza.
Esa especie de moral que no sentencia.
Tiene algo pícaro en la diéresis y en los cachetes colorados,
a la vez indica arrepentimiento y temor.
Simpática la señorita, limita como el miedo.
Es la cobardía exteriorizada,
con el mejor vestido puesto.

II
Ya es invierno.
¿Qué hago?
Si desde diciembre espero mayo
Y espero junio.
¿Qué hago ante el invierno?
No entro en mi caparazón.
El acolchado de plumas me da alergia.
Hay trece grados, humedad y árboles que conservan sus hojas.
¿Qué hago después de un otoño que cumplió con creces?
Que intenso, se encargó de tensar y destensar.
Como imantando un latido.
Qué hago si después de eso se fue sin saludar.

III
Ahora viene el invierno, que es momento de decisiones
Y  me agarra en cualquiera.
Y ante el frío los únicos que dan calor son
el piano, el canto en la bicicleta y los rojos cachetes avergonzados.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Impresiones II (ida)


"Miro y me conmuevo,
Me conmuevo como el agua corre cuando el piso es inclinado"
Fernando Pessoa

Agosto pasa una vez más

Tu figura sigue intacta

los gusanos siguen comiendo.
Tucumán es un desierto
donde los perros corren tras el camión de la basura.
Tucumán una vez más es gris,
yo me pregunto si la convertiré en mi Rua dos Douradores.

Me pregunto qué me conmueve
Los perros corrieron la basura siempre.
Desde que la asfaltaron, en el noventa y algo,
desde que la asfaltaron y los shorts blancos de mis hermanos
quedaron por la eternidad manchados de brea.
Tucumán es gris.
Es normal una mañana  húmeda y fría
cuando está por llegar septiembre.


Como si hubiera un muro en la esquina

los perros paran y dan la vuelta

buscan en las bolsas que quedaron rotas tiradas en el cordón.
A los gusanos no les molesta.
No se enteran y si se enterarán,
Los tranquilizaría saber que tarde o temprano 
esos perros serán parte de su festín
como vos ahora.
Pero tampoco lo saben.



lunes, 12 de agosto de 2013

Ochenta y ocho

Así está bien.
Lo que pasa cuando veo tu foto,
tu risa,
tus miradas.
Cuando me acuerdo de tus manos,
de tus pies sin zapato asomando por las sábanas,
tu voz,
tu dedo índice parecido a una garra.


No hay palabra que describa tu ausencia
porque no estás ausente.
Tampoco encuentro forma de  escribir tus presencias.
No hay diccionario  donde te encuentre.

No hay pretensión literaria, ni estilo narrativo
que de forma a extrañar  lo presente.

martes, 6 de agosto de 2013

impresiones (retorno I)

Al invierno lo decora el amarillo
Y las personas que  caminan sumergidas en texturas y colores que las abrigan
Las luces de la calle, amarillas también, prendidas en el atardecer temprano,
La línea naranja/rosa del cielo que veo desde la ventana.
Yo me vuelvo amarilla también.
Mis manos. Mis manos no.
Mi pecho se cierra.

viernes, 2 de agosto de 2013

Otra vez invierno

Frío frío frío.
Frío cuando me saco las medias,
cuando me pongo el pijama y me meto en la cama.
Frió en las sábanas
Frío tu temperamento.
Frío yo. Mucho.

Julio, julio, julio.
El otoño esperado pasó
con penas, glorias,
Frío, humedad y olvido o intento de.   
Como marcando un ciclo.

Entiendo porque esperaba el otoño
Ahora todo se repite.
Vida circular. Espiral, caracol que se extiende.
Temor por no saber donde va.
Temor e intriga.

También alegría de seguir andando por más que gire alrededor de las mismas cosas.

jueves, 18 de julio de 2013

Agua clara

¿Sabés hace cuánto no tomaba agua?
El arroz salió muy salado
extremo.
Entonces, cuando la sal subió a los ojos,
no tuve mas opción
que buscar agua.

¿Sabés hace cuánto no tomaba agua?
¿Sabés que me da vergüenza sacar a la calle
tantas botellas de vino acumuladas el fin de semana?
¿Sabés que te quiero?
¿No? ¿Cómo?
¿No te lo dije nunca?

Perdón, creí ser evidente

miércoles, 26 de junio de 2013

Volviendo

(A Tomás y Alfredo, gracias por
 traer al poeta rollinga a mi vida)

Un señor toca boleros.
San Martín a pilar parando en todas.
Yo leo Casas y me río
del amor del bolero,
del whisky del poeta
de todos mis miedos,
del campo minado.

Una mujer de voz y cadencia parecidas a Violeta Parra
pasa gritando:
“Cuanta ingratitud en este país Argentina.
Cuanta ingratidud.
Ingratitud de todos los tipos, señores.
Cuanta ingratitud en esta tierra Argentina”.

Yo me río de las caras de la gente,
de los instantes mágicos que carga el tren.
Me río por leer que nadie cree
en la posibilidad de organizar el próximo mundial. 

miércoles, 19 de junio de 2013

Escritos de otoño III (Presentación, avance y retroceso)


Con ustedes el otoño.
Conmigo, gracias a Dios, también

Desde diciembre que espero que la hojas caigan.
Ayer vi unas al costado del camino,
vi el palo borracho de Tucumán con flores y sin hojas.
Vi amarillo chocando con el cielo.

Las mañanas de sol ya no sofocan
dejan la mente trabajar horas y horas
mientras disfruta la cercana estrella.
Fue un otoño que me di cuenta que podía transportarme,
cuando y como quisiera.
Que sólo necesitaba sol, música y tejido. (Otro dijo un geriátrico)

Con nosotros el otoño
en la silla el suéter olvidado
Los estandartes del Partido Púrpura
se ven mejor ante la brisa otoñal.
Yo los miro, no me sumo.

Ayer retrocedí tantos casilleros,
volví a unos que detestaba.
Esta vez fui feliz al reconocerme en ellos.
Todavía te escucho cantando.

miércoles, 12 de junio de 2013

Una pata blanca

Volvía en bicicleta a la noche.
El perro caballo miraba las vías
El perro negro caballo miraba las vías como si fueran un río.
Las miraba hasta que pasé y me miro.

Volvía a la noche en bici, rápido y con frío.
Volvía en la noche fría y vi al perro caballo negro.
El  perro suele estar en la otra cuadra.
Lo veo todas las mañanas.
El perro caballo negro tiene una pata blanca y suele estar en la casilla cruzando Pardo.
El perro con una pata blanca estaba en Bella Vista no en Muñiz como de costumbre.

Nos miramos. Temí que me ladrara.
La bici es un medio seguro.
Pero nada podía hacer en una bicicleta ante el ataque de un perro caballo negro de una pata blanca.
Sólo nos miramos
Supongo que después siguió mirando las vías río del San Martín.

Crucé dos perros negros más en el camino.
Pero no eran perros caballos.
Crucé una perra negra cuando llegué a casa.
En total registré cuatro perros negros
El primero fue el perro caballo.
El último, el mío.


jueves, 6 de junio de 2013

Escritos de otoño II (nocturnos)

I

La bruma, la neblina.
el frío.
Qué poco me importaban,
nada podía pesar a un pecho liberado.

Te dejé una cajita llena de cosas no dichas.
La guardaba a veces en el pecho, otras
intentaba crear un espacio entre los pulmones.
Las cosas ¿qué cosas?

Las-cosas.
Tenían relevancia por su encierro,
por su no decir. 
Por estar guardadas en la caja revolcándose entre sí.
 Una orgía de sentimientos impúdica.

La dejé en el piso, la abrimos.
Y como si prendieran la luz de la cocina del quara
miraron sonrojadas.
Abrimos y cerramos varias veces.
y cada vez que la tapa bajaba volvían a besarse.

Zorras.


II

Me llevé también algunas verdades.
Tuyas, mías, de la caja.
Temía esas afirmaciones,
creí que podían ser más duras.
Pude haber sido más dura también,
pero ¿qué sentido tenía?
¿Quién me hubiera creído?
Si cuando saqué la caja de los pulmones, del estómago y los ojos
quedé tan frágil, tan sin autoridad.

¿dignidad? No gracias.

¡Ay! el otoño que espero desde diciembre  me está deshojando lentamente.
Pero quizá necesite una poda.

Pedaleo y todo es negro; y blanco y espeso el aire
que voy rompiendo en mi andar.
No soy liviana como una pluma.
soy como las pelotas de las payanas.

Caigo, pico y vuelvo, para volver a caer.
No sé donde voy ahora.



_

miércoles, 22 de mayo de 2013

Con agrado aparece



El recuerdo  del  árbol

debajo de él, en el piso.
Toda tu niñez en la risa
en la caída, en el teatro.


Toda tu niñez en la torpeza repetida.

En el piso que ríe por tu caída.
En el piso, mis pies
ríen tu ternura.

en el piso nosotros
y el pequeño abrazo disfraz que supe darte.


Con agrado aparece
saluda lento y se va.

viernes, 17 de mayo de 2013

A la espera de junio

  I. Enero

El beso profundo cuando ya no esperaba nada.
Y no me molestaba la des- espera
Ya me había entregado a otras cosas disfrutables.
Como a las letras y tus amadas y odiadas palabras

  II. Febrero

 Las cosas tensan, duelen.

 Uh hilo que va quebrando sus hebras.
 Lados contrapuestos,
 por más que decidamos juntarnos
las hebras quebradas son irreparables. 
Entonces
 ¿Cómo?, 
¿Cuándo? 
¿Dónde?
¿Qué?


  III. Marzo

Todas las energías corren alrededor nuestro.Se ríen, todas.

Ocupando el pequeño espacio que queda entre nuestros cuerpos.
Al límite.
Corren dentro y salen sin dejar de moverse,
 sin decidir si morir en tu parsimonia
 o explotar con mi ira


Como sea, estamos destinados a separarnos.


 IV Abril

La destrucción tentadora.Pero sin botón
Como algo progresivo.
Verse morir.
Derretirse.

 V. Mayo

Hoy me reí,
porque a veces me río.
De las palabras, de las letras,
de mí.

Me reí.

Porque a veces me río

y siento la reactivación del flujo sanguíneo.

Porque, también a veces, siento..

jueves, 2 de mayo de 2013

Escritos de otoño I


Cuando no hay palabra.
Cuando el sentimiento es ambiguo.
Cuando es real, pero real posta.
Ahí te espero pero no estás.
No estás pero no me importa
porque nunca estuviste
porque es imposible traerte ahora.

Porque como un hilo, como la lana en madeja.
Como todo, esto termina.
Quizá sea lo que esperabas
Yo, a mi manera, lo deseaba hace rato.
Entonces juego a escribir en verso
lo que debió ser prosa.
Entonces juego
para no estar triste.
Pero lo estoy.

Entonces recuerdo auriculares y partidos
mezclados entre un montón de cosas
en mi madeja que es mi vida.
Juego mientras un gato  observa y espera  para atacarme.

miércoles, 24 de abril de 2013

Pendientes celestes


Todo anda pendiente
Por desenlazarse
Todo cuelga
A punto de caer (como la canción)

Librados a su suerte
atados de hilos finos y gastados
Llevaba los vasos agarrados de las bocas
Con las puntas de los dedos mantecosas
Transpiradas.

Seguir era decisión del azar,
del viento,
del equilibrio-

Nos dimos vuelta un instante.
Olvidamos la tensión
Un segundo,
y todo quebrado.


otros pendientes

lunes, 22 de abril de 2013


Uff! Que no pongas tu mano entre el lazo de mi vestido y  mi espalda.  Menos si después pensás tirar el lazo para un costado o para atrás.¿ A caso no te das cuenta que me duele y que hay otras formas de llegar a mi espalda?  En todo caso desatá  el lazo.  ¿Querés molestarme? ¿Querés que duela?
                                                      ---           ---           ----

El vino tiene nombre de cuento de Fabián Casas. Tu boca es muy chica o la mía inmensa.  Las dos cosas. La cara, los angulos. Este vestido, los ojales grandes y la facilidad para liberarse que tienen los botones. Tuve una pequeña introducción a la salsa, pero su baile de swing discontinuo me parece más tierno.
                                               ---           ---           ----         ----

Fui a la plaza. No es la misma. Yo tampoco. La realidad es otra. Trato de leerla. No puedo. No entiendo. Compro un pan relleno, es una farsa. Si un pan relleno tiene el relleno arriba el concepto está perdido. 
                               ----         ----         ----         -----       -----       ----

 Te dije que quería que leyéramos el cuento del bosque que tiene el nombre del vino. Pulenta.

                  ---         -----       ------      -------    -------    ------      ------      -----       ----

¿Mañana? ¿Pasado? No sé. Hay planes. Hay planes para todo.

----- ------ ------- ------ ------ ------ ------ ------        ------- ------ ------ ----- ---- --- -------  --

sábado, 6 de abril de 2013

Posibles reencarnaciones


Pensé en mi reencarnación,  pensando en realidad lo que me gustaría ser en este momento.


Luna, vino, frescura y secreto con almendras. No sé sobre integridades, porque no sé lo que es la integridad, lo que eras, ni lo que sos. Integral sólo es el arroz porque es inmutable, nosotras somos esto que cambia, se mueve, canta,  entristece y ríe. En todas esas etapas, en todos esos actos somos nosotras que mutamos. De un esperma a esto.   _________________________________________________


Pensé en mi reencarnación

Canción de cuna. Arrullo. Me gustaría ser esas emes, ese tarareo que resuena en el pecho y calma al bebé, al niño y a mí. ¿Por qué calma? ¿por qué suena?¿por qué lloro?

Canción de cuna que se mece en el río. Río que mueve y provoca la misma canción.
Canción de cuna, cualquiera, menos la del niño que perdió la manzana.  Esa tenía una melodía calma, pero una letra triste y entonces el cuerpo no sabía para dónde ir. Con ella conocí la tristeza
Canción de cuna que mira al niño con los ojos cerrados y sigue sonando por el sólo gusto de mirarlo dormir.
Canción de cuna, valsecito, zamba. 
Canción de cuna que nos mecerá siempre-

_____________________________________________________

Flor de palo borracho. Flor de palo borracho rosa.
Más allá de mis gusto por el vino y el gin. Flor de palo borracho rosa porque ilumina. Porque cae y porque vuela.
Flor de palo borracho porque surge en febrero cuando ya nadie espera más nada del verano. Cuando el jazmín ya alumbró diciembre y el jacarandá nos hizo levantar la vista para ver su plaga violeta.


Pensé en mi reencarnación, pero ninguna de las cosas que sería son carne.


martes, 2 de abril de 2013

Juego - Cambio de roles-

Reboté mil veces.
El perro llora sólo porque quiere entrar.
Nosotras porque...¿ponemos la energía en otro lugar?

"El pececito  se come mi dibujo", escucho
¿Cuándo fue que la metáfora nos comió a nosotras?

Macarena Ghio



Hundida en el sauce

lunes, 25 de febrero de 2013


En el balcón había unos púberes.
En el balcón que nos gusta.
El que queda a una cuadra de la casa que no es mi casa.
De la casa en la que vivo.

El que está en esa cuadra
Lucía Alemán
 en que las casas están pintadas en diferentes tonos de rosas.
Cada vez más claros.
La cuadra de los paraísos inclinados hacia la calle.

En el balcón había unos púberes
Descubriendo el mundo
Arrogando su conocimiento.
Yo en la calle.
vieja, como el rosa de la última casa
Volviendo temprano para estudiar.

Vos.
¿vos? 

miércoles, 13 de febrero de 2013

Arena en las rodillas


Que derrapes
Venga  una  ola y te estampe contra la arena
Comas cada pedazo de caracol roto que haya donde caigas
Que la sal del mar entre en tus heridas abiertas y te las recuerde.
Que tengas presente ese momento entre el divertido observar de la orilla y la conciencia del golpe.
Que recuerdes todo lo que pasa por tus ojos en el instante que la cabeza colapsa.

----    ----

Espero que te levantes
Que el mar se haya llevado tu ropa.
Te levantes desnudo, dolorido y confuso.
El dedo de un niño señale tu ridículo.
Que sientas vergüenza, mucha.
Quieras tapar tus partes íntimas.
Y así toda la humanidad que niegas quede expuesta
entonces llores o corras.

lunes, 4 de febrero de 2013

Hay veces en que me enamoro de mi sombra. Me pasa, ante todo, cuando camino sola en la noche. Como si fuera  una entidad ajena a mi persona, me acompaña con mi caminata saltarina que, a falta de ver pies, se nota por el rebote de la cabeza o del morral contra la cadera.
Si no caminara en la noche escribiría menos de la mitad de las cosas que escribo. Y no lograría comprenderme lo poco que me comprendo. Lo bueno de caminar es que el tiempo de transición de un lugar a otro, sea cual sea la distancia, es suficiente para adecuarse a donde se llegue, o no llegar por entender que es un destino erróneo.

La bici en ese sentido es bastante parecida y economiza el tiempo, por eso ayer que la distancia era menor a diez cuadras, decidí caminar.

La noche estaba fresca, me hubiese gustado, como en invierno, tener un chocolate en el bolsillo. Pero en las noches de verano no suelo tener reservas de chocolate y  contadas veces, la ropa veranil femenina,  cuenta con bolsillos. Por alguna razón, no guardo chocolates en la cartera. O al cajón de la mesita de luz, tal como me enseñó mi abuela, o el bolsillo de algún abrigo suelen ser los guardianes.
.

viernes, 18 de enero de 2013

En diciembre no hay otoño

Que se desprendan las hojas del árbol aunque estén verdes por ser diciembre.

Que las palabras se renueven así,  por más que el sentimiento sea el mismo, encontremos nuevas formas de decir y comprender.

En cada durazno, cada bocado, su frescura, el instante. Sin embargo no sé usar otro adjetivo más que rico o sabroso. Y es mucho más que eso y las palabras no entran.

Y si las palabras no entran entonces en un bocado de durazno,  como van entrar en un abrazo o en el tiempo. Tan pequeñas, tan lindas, tan insignificantes e importantes a la vez.

No hay lengua que  abarque la vida, no hay vida que nos abarque ni que sepamos dimensionar.
Todo adjetivo,  toda definición,  todo está mal cocido.  Quien diseño el mundo no hizo nada a medida, nos creó pequeños. Dentro nuestro todo nos excede, nos supera.
El encuentro, el bocado de durazno y la hoja que caerá recién en mayo.

lunes, 14 de enero de 2013

Relatito. For you blue


Se encontraron en la noche de imprevisto. Para él había pasado mucho tiempo desde su último encuentro y se lo dijo. Ella pensó que valorar cantidades era inútil, más tratándose de algo tan relativo como tiempo.
         Lo miró, no le hablaba. Se reía sin entender qué la había llevado a buscar chocolate una vez terminado el vino. Era julio, un martes. Faltaban unos minutos para que empezara el miércoles. Tenía las manos frías. Pateaba como niña ofuscada y se reía pensando como había perdido los guantes. Como los puso en el canasto de la bici cuando salía del trabajo y como, mientras andaba, un pozo se cruzó en el camino. Derrapó. Cuando se levantó, sin terminar de entender lo que sucedía, se fijó que nadie hubiera visto su bochornosa caída, miró sus manos y rodillas raspadas, subió a la bici y siguió como si nada. Pero ahora necesitaba los guantes. Guantes y un chocolate que calmara el frío. Los pelos se le iban a la cara, el chocolate era la excusa para caminar. Para que el viento le volara los pelos, para calmar las ansias provocadas por el exceso de vino. Lo que menos esperaba era encontrarlo. Cristóbal.
         Lo vio hermoso, más que de costumbre. Se abrazaron. El abrazo duró más de veinte segundos. Pensó en besarlo, pero sintió que era una falta de respeto cortar ese momento. Cuando separaron los cuerpos él le dio la mano (notó que estaba lastimada) y le preguntó cómo estaba. Sin poder controlar la sonrisa, contestó y siguió la formalidad repreguntando. Pensó que era muy probable que sus labios o dientes estuvieran manchados con vino. Entonces enseguida contó que había estado leyendo y bebiendo tinto malbec. Que no se podía dormir, que se preparó un té y no lo tomó porque le agarraron ganas de viento y chocolate. Él la miraba. Miraba los pelos que iban y venían con el viento. Entonces le dijo: "Hace mucho no te veía, estás linda. Los labios violetas siempre te sentaron bien".
         ¿Cómo explicarle que para ella no había pasado tanto tiempo? Que lo tenía presente a cada rato. Que había acomodado los muebles como él alguna vez le había sugerido. Que mientras andaba en la calle imaginaba encontrarlo en alguna esquina. Que sentía que su vida había dejado de pertenecerle y que todo había pasado a ser parte de él. Que no podía escuchar a George Harrison sin recordarlo, que si alguien hablaba de Borges ella pensaba en el libro de su mesa de luz y que, inevitablemente, cada vez que prendía la chimenea recordaba cuanto les gustaba quedarse dormidos en el sillón mirándola. ¿Cómo explicarle que eso a veces era motivo de bronca y llanto? Y es que Harrison y Borges supieron ser tan suyos antes que él apareciera. Es que dormirse en el sillón mirando la chimenea era algo que había hecho desde muy niña. Ahora, el último tiempo todo había pasado a ser parte de la vida con Cristóbal. Y él había decidido alejarse. No porque no la quisiera, sino porque no soportaba querer a alguien más que a sí mismo.
         Se sentaron en la vereda. Se pusieron al día sobre sus vidas. Hablaron de las caídas en bicicleta. Comieron el chocolate. Entonces, cuando se dieron cuenta que era ridículo estar tomando frío. Cuando se dieron cuenta que ya era miércoles y que al otro día madrugaban. Cuando se miraron sonrientes,  Cristóbal volvió a tomar la mano lastimada. La acarició y le dijo "¿vamos a tu casa?"
         Ella lo miró, no había dejado de mirarlo ni un instante. Pensó en Harrison y Borges. Recordó el té sobre la mesa de la chimenea. Té de té, sin azúcar que ya debería estar frío.  Guardó la barra de chocolate que quedaba en el bolsillo del abrigo. "Mañana trabajo", contestó. Le besó la frente y se fue cantando bajito " I feel it now. I hope you feel it do..."

martes, 8 de enero de 2013

ídem




No hay nido que a la copa no pese
el hornero recibió más de una queja

Son mis pájaros azules lo que anidan en la copa
Copa que también es mía.
Mía, uva y serena

Mas me gustaría un antipoeta
Un Nicanor
No tienes idea de que hablo.

Mejor vuela